El motín de Esquilache fue una
revuelta que sucedió en 1766 durante el reinado de Carlos III. En estos
momentos se habían hechos reformas que provocaban un aumento considerable del
precio en el pan y en los productos de alta necesidad. El motivo que propició e
hizo estallar la revuelta fue que el Marqués de Esquilache, un ministro napolitano
protegido del rey, impuso una ley que prohibía el llevar prendas y vestimentas
que pudiesen tapar el rostro o con las que pudieses esconder armas de diversos
tipos.
Esta medida primero y en un
principio se había aplicado sólo para el palacio real y para su personal. Pero
más adelante el Marqués de Esquilache reivindicó que esa medida debía aplicarse
por toda España, con motivo de europeizar y modernizar el país. Muchos altos
cargos del consejo de Castilla le advirtieron del posible descontento que mostraría
la población ante esas leyes. Y así fue, entre las leyes que subían los precios
del aceite, carbón, pan o carne seca y la medida de no poder llevar sombreros
largos y capas muy largas hizo detonar esta rebelión.
ESQUILACHE ( RETRATO )
En un Domingo de Ramos aproximadamente
2.000 manifestantes marcharon por la plaza mayor insultando al marqués. Hubo concentraciones de gente que atacaron
los palacios de dos ministros italianos ( Sabatini y Grimaldi ) y la gente
reventó las 5.000 farolas recién instaladas. Un sacerdote se erigió como
representante de los manifestantes y expuso que si no se aceptaban las
peticiones el palacio real quedaría reducido a escombros.
MINSITRO ÍTALO-ESPAÑOL GRIMALDI
Demandas:
1. Esquilache y toda su familia
debían abandonar España.
2. El gobierno español debía ser
ocupado por ministros españoles.
3. Disolución de la Guardia
Valona.
4. Reducción del precio de los
productos básicos.
5. Desaparición de la Junta de
Abastos.
6. Los soldados debían retirarse
a sus cuarteles
7. Debía permitirse el uso de la
capa larga y del sombrero de ala ancha.
8. Su Majestad debía salir a la
vista de todos para que puedan escuchar por boca suya la palabra de cumplir y
satisfacer las peticiones.
Después de esto el rey cometió el
error de huir a Aranjuez con su familia. Enfureció a la población y más de
30.000 personas saquearon almacenes y liberaron a prisioneros por el
descontento. Carlos III enmendó su error y aceptó las demandas de la población,
destituyendo a Esquilache y devolviéndolo a Italia. Increíblemente el Conde de
Aranda ( ministro que ejerció mientras Carlos III estaba en Aranjuez )
consiguió aplicar la misma medida que el
marqués quería hacer en el país.
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